¡Unas horas antes de Navidad!

 ¡Y si! aquí voy de nuevo... escribiendo estas lineas. ¿Como sustituirlas si son las unicas que no me dicen "Te entiendo" "Todo mejorará" "Ya llegará tu momento"?. Unas horas antes de ser primero de Diciembre llegué a mi segunda casa, desde que decidí mudarme a Medellín/Colombia, un poco cabizbaja, pero aun con los ánimos de haber pasado un largo,agitado pero activo día. 

   Pensando en como me organizaría para mis próximos quince días, y pagar mi única deuda, hasta ahora, el alquiler; llegué contando los pocos billetes que tenía. Hasta ahora siempre me las había rebuscado para no quedarme sin una moneda desde que comenzó la crisis causada por la pandemia. A lo mejor había calculado mal, cosa que no es ajena a mi, suelo ser un poco despistada, aunque no un poco ¡creo que mucho!.

   Y es que por mi mal calculo pensé que tendría centavos de más para hacer unas pequeñas compras para mi dispensa, bastó unos segundos para darme cuenta que no era así, que fué jugar con la realidad. ¿Saben como me sentí? Como el actor, Will Smith en aquella película, que a muchos marcó, "En Búsqueda de la felicidad", pero con la diferencia de que esta vez soy solo yo, sin hijos. Solo recordé esas escenas desgarradoras, y me vine en llanto. Sola, en la oscuridad de mi habitación, me recosté y lloré sin parar.

   Si, lloré, es que no me imaginé que un 30 de Noviembre, a horas de comenzar aquel mes que se dice ser el mas lindo del año,estaría sola, hablando con mi madre por mensajes de texto, diciéndole "Estoy bien", y contándole sobre mi día de forma relajada para que no notara entre mis palabras lo decaída que me sentía... es que las madres tienen un sexto sentido, que todo lo saben.

   Decidí apagar el móvil, y dejarme llevar por un sueño profundo causado por el cansancio que implica llorar. Pasaron al rededor de 3 horas, y volví a la realidad. Pero solo quedé ahí, con los ojos abiertos tratando de guardar la calma. No quería encender el teléfono, se que me esperarían estados de personas alegres y que yo en el momento, no compartía el mismo sentir.

   Pero como fiel internauta, allí estaba... deslizando, como se suele decir en el lenguaje actual, viendo sobre los demás, hablando con personas, y es que soy así, no puedo quedarme quieta. Yo necesito de los demás y los demás de mi (risas).

 Me senté, me lavé la cara, y me puse a pensar... Dios en casi un año nunca me ha dejado sola, por qué dudar de su poderosa comprensión y compañía. El es el único,que aunque no me diga explicitamente aquellas palabras que escribí al comienzo del texto, le creo, y me hacen sentir bien. Esto sin animo de despreciar el buen gesto de los demás. Solo que su presencia es la única sanadora que alivia cualquier pena.

   Abrí mi ordenador, que para el saber de los demás, lo que menos tiene es de eso (risas), porque sabía que en estos momentos de debilidad, es donde mi cerebro mas aflora y emite las palabras exactas para escribir. ¿¡Que mejor forma de desahogo!?

   ¡Ah! y es que también quería evadir el momento que implica la madrugada de un primero de Diciembre, en Medellín, no sé en los demás estados lo hacen. Si, es que en la cultura paisa celebran con platillos y fuegos artificiales el comienzo de la navidad, en lo que llaman "alborada". Aun mi ser no estaba preparada para escucharlos, porque al ser espectadora de gran festividad, me acongojaría por el sentimiento de soledad y el estar lejos de mi familia en un mes especial.

   A lo mejor mañana, ya estaré de mejor animo, pero quería dejar este escrito por acá. Nuestra vida no es la más perfecta. No somos las personas más felices como lo reflejamos en las redes. Solo somos personas, y la raza humana por naturaleza esta hecha para sentir. ☻

             ¡ LA FELICIDAD NO ES LA AUSENCIA DE LOS PROBLEMAS, SI NO LA HABILIDAD DE SALIR ADELANTE CON ELLOS!.